Historia

Termas S. Pedro do Sul

 

Una de las razones para decidir venir a baños en las Termas de S. Pedro do Sul tiene sus raíces en la Historia. Se pierden en el tiempo, los primeros vestigios de la utilización de sus Aguas Termales con fines curativos y de bienestar. Incluso nos remiten a la Prehistoria de la Humanidad.

Pero si estos ya no son fácilmente visibles, lo mismo no sucede con el uso que los romanos hicieron de estas aguas, seguido de muchos de nuestros reyes más grandes como D. Afonso Henriques y D. Manuel I. Es, pues, una sabiduría hecha de varios milenios, de múltiples experiencias y de permanentes resultados positivos a sostener a lo largo de la historia ese mismo uso…

De hecho, ya tienen más de dos mil años, los más antiguos testimonios castrejos de la utilización de las Aguas Termales, en el lugar donde hoy se ubican las Termas de S. Pedro do Sul. Pero son de los romanos, que difundieron por todo el mundo occidental la magia de las Aguas Termales que, antes, los griegos habían descubierto, los más importantes y antiguos vestigios patrimoniales: aún hoy se pueden ver varios componentes en piedra (hace varios años esperando la recuperación por parte del IPPAR) de lo que fue el Balneum Romano construido en los primeros años del siglo I de la era cristiana. Más tarde, ya en el siglo XII, las entonces nominadas Caldas Lafonenses vuelven a ser tema de interés y noticia. En 1152, D. Afonso Henriques reconociendo la creciente importancia de la villa donde brotaban tan especiales Aguas, concedía el 1º Foral a la Vila do Banho, otorgándole así la importancia de concejo. Y es el mismo Primer Rey de Portugal, en 1169, después de la fractura de la pierna sufrida en la batalla de Badajoz, que se recuperará físicamente para las Caldas Lafonenses en la Vila do Banho, hoy Termas de S. Pedro do Sul; donde construye una pequeña Capilla a S. Martinho, aún hoy abierta al público. 

Ya en los primeros años del siglo XVI, es el Rey D. Manuel I que decide desarrollar las Caldas Lafonenses, construyendo en el local el Hospital Real das Caldas de Lafões y concediendo, en 1515, Nuevo Foral a la Vila do Banho, aumentando sus habilidades e importancia.

Vuelve a ser ya en los siglos XIX y XX, que las Termas de S. Pedro do Sul conocen un nuevo impulso y modernización. En 1884, el Ayuntamiento de S. Pedro do Sul decide construir un moderno Balneario que sustituirá al tricentenario Hospital Real das Caldas de Lafões. Y diez años después, en 1894, la Reina D. Amelia va incluso a baños por primera vez en el nuevo Balneario, tratando de algunos problemas físicos que la asustaban… y con tales resultados que, un año después, es aprobado un Decreto Real que determinara que las Caldas de Lafões se pasen a denominar Caldas da Rainha D. Amelia.

Y ya en el siglo XX con la República, en 1910, que éstas se pasan a denominar Termas de S. Pedro do Sul. Y es aún a finales del siglo, en 1987 que se inaugura un nuevo balneario, el Centro Termal, iniciándose al mismo tiempo, la modernización del Balneario existente y entonces ya denominado Rainha D. Amelia.

 

    

 

el inicio del tercer milenio conoce la mayor modernización de siempre

La primera década del siglo XXI, correspondiendo al inicio del 3º Milenio de las Termas de S. Pedro do Sul, señala el mayor y más significativo impulso de modernización y ampliación de toda su historia. En el espacio de ocho años, las nuevas Termas de S. Pedro do Sul están irreconocibles: más modernas, con equipos termales de última generación, más atractivas y con una atención profesional altamente calificada, donde incluso no falta la creatividad contemporánea de un estilista como José Manuel Tenente, que diseñó todo el equipo de los profesionales de las Termas. Así como su línea de merchandising.

Es la entrada de las Termas de S. Pedro do Sul en la era del Turismo de Salud & Bienestar, con nuevas exigencias de los públicos, de diferentes perfiles, exigiendo una creciente sofisticación de las ofertas, una gestión moderna, profesional y atenta a las nuevas tendencias de este segmento de mercado, pero también dispuesta a corresponder a sus enormes potencialidades.

Y la experiencia de algunos de sus programas, aunque del área del bienestar, que pueden ser experimentados en un fin de semana, acabarán rápidamente con un mito, viejo de menos de cien años: el mito de que las termas son sólo para mayores… Digan que lo digan los jóvenes adultos, con 20, 30 y 40 años, que recuperando prácticas de los griegos, romanos y de muchos de nuestros reyes y antepasados, cada vez en mayor número, se van a revitalizar en la magia de las aguas termales de S. Pedro do Sul.

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@termassps

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